jueves, 29 de agosto de 2013

La leyenda del rosario de pétalos de rosas


Esta leyenda se origina con Fray Joaquin que en su juventud, como lego en el monasterio de Castilla, fue encomendado por su superior par cuidar un ganado que tenía el Monasterio en el campo.  Fray Joaquin adoraba esta misión y aprovechaba estos ratos para rezarle a la virgen, de la cual él era muy devoto. Incluso afirmaba verla en el campo, y que ella lo cuidaba. Cierto día, durante su jornada, quizó rezar y se percató que se había olvidado su rosario en el monasterio. Por lo que improvisadamente inventó uno, arrancando unos juncos y atándolos a unas piedritas que encontró, haciendo cuentas de 10 en 10, separadas con un palito atravesado y así armar un rosario. Lo dejó colgado en un árbol y a la mañana siguiente amaneció el mismo rosario con una guirnalda de rosas blancas separadas por una rosa encarnada. Desde ese día, el monasterio quizo perpetuar este regalo de la virgen, y desde ese entonces fabrican los rosarios de generación en generación y no sólo ellos, sino también en todas partes del mundo. Claro que la elaboración de este macerado no es nada sencilla. Y aunque actualmente son más fáciles de conseguir, en las épocas de la Madre Maravillas, eran muy pocos los que sabían la preparación exacta del mismo. Fue la Madre Maravillas quien estudió por muchos años la fórmula hasta llegar a reproducirla exitosamente. Desde entonces son sus denominadas hijas, las carmelitas descalzas de la Aldehuela, uno de los 11 conventos carmelitas que creó la Madre Maravillas, quienes siguen con este legado, y este trabajando las ayuda a mantenerse.

Con una fragancia única, que puede perdurar muchos años, el rosario de pétalos de rosas es actualmente muy solicitado como regalo o para souvenirs de comunión o bautismo. Una buena manera de obsequiar y aprender a rezar con nuestra madre la Santísima Virgen.

miércoles, 28 de agosto de 2013

De "tú a tú" con el Papa Francisco


No hay lugar a dudas, dueño de un carisma único, Jorge Bergoglio, el Papa argentino, nuestro Papa, causa revuelo adonde quiera que él vaya. Y es que lo más impresionante es que él se considera uno más entre todos nosotros y no hace diferencia: va a visitar a los obreros y carpinteros a sus lugares de trabajo; invita a cenar a los mendigos al Vaticano; llama personalmente a los fieles que le escriben cartas; y es asiduo a las pizzerias del Vaticano. Inclusive los italianos ya han desarrollado un décalogo para saber como comportarse en caso de que el Papa te llame por teléfono, entre algunas pautas a saber están el no tratarlo informalmente aunque él lo pida y no preguntarle por asuntos internos del Vaticano.

Sin duda, Francisco ya es una revolución en la vasta historia Papal. Se muestra a los fieles como el Papa del pueblo, aquel hombre cercano, que no se siente Papa. Conserva la simpleza y simpatía del latinoamericano pero sin dejar de lado el prótocolo que le corresponde como cabeza de la Iglesia. Francisco I ya va dejando su huella sin lugar a dudas.

Está en todas partes: souvenirs, bustos, mates, posters en la Avenida Corrientes, y lo que más llama la atención es su sonrisa y su jovialidad pese a los varios años que ya posee. Él nos invita a no quedarnos callados y nos dice que la Iglesia no es una ONG, por lo que debe salir a la calle y hacer ruido para proclamar sin miedo la palabra de Dios. Con estas palabras lo que Francisco nos invita es a tener una posición activa en la Iglesia y no pensar que el catolicismo quedó sólo en el bautismo.

Pese a los pocos meses que posee en su cargo ya camina a pasos agigantados: ya lanzó una encíclica, participó de una cumbre en Brasil, y se tomó el corazón de todos los fieles con sus prédicas. Obviamente todo este suceso también conllevó a un "boom" popular y comercial en todas partes; sobre todo aquí en la Argentina, donde le hicieron hasta una cumbia y los jugadores e hinchas del club futbolero de San Lorenzo de Almagro lo llevan en todas sus banderas y propagandas como su gran orgullo.

Pero pese a todas estas trivialidades, esperemos que el hecho de tener un nuevo líder en nuestra Iglesia y más que sea argentino nos sirva a los católicos argentinos y de todo el mundo para tomar más conciencia de quiénes somos, nos una como hijos de Dios, y podamos aumentar nuestra Fe y nuestro compromiso con la santidad.